FCT_logo

Programa de crianza en cautiverio de la ranita venenosa de altura busca rescatarla de la extinción en Ecuador

H_anthracinusLa ranita venenosa de altura, Hyloxalus anthracinus

Cuenca, Ecuador (15 abril 2010) Fundación Cordillera Tropical informa que en enero de 2010, un proyecto de investigación conducido por Alejandro Arteaga, estudiante de biología en la Universidad Católica de Quito, identificó dos nuevos individuos de una rana en peligro crítico de extinción conocida como "ranita venenosa de altura" (Hyloxalus anthracinus), en los bosques de altura de la zona sur del Parque Nacional Sangay. Esto constituye el segundo avistamiento de la especie, desde que Arteaga observara por primera vez un individuo en la misma zona durante junio de 2009. Hasta ese entonces, esta rana se creía extinta, pues su último registro había sido en 1995 dentro del Bosque Protector Mazán, cerca de Cuenca.

Las ranitas venenosa de altura eran muy raras, incluso antes de que los científicos las creyeran extintas. Hasta ahora, la especie ha sido registrada únicamente en seis localidades del Ecuador, dentro del bosque siempreverde montano a altitudes que van desde los 2710 a los 3500 msnm. Los registros de esta especie obtenidos por Arteaga, son los únicos en la zona sur del Parque Nacional Sangay, un área protegida de más de 502.000 hectáreas, ubicada en las provincias de Tungurahua, Chimborazo, Cañar y Morona Santiago. Según la Lista Roja de anfibios del Ecuador, la ranita venenosa de altura está considerada "en peligro crítico", y si no se realizan esfuerzos de conservación intensivos podría extinguirse en aproximadamente cinco a diez años.

Esta especie de rana es particularmente vulnerable a la extinción debido a su ciclo de vida, donde sus larvas son acuáticas y deben desarrollarse en los arroyos permanentes de agua fría. Un estudio realizado en 2005, por Martín Bustamante, experto en anfibios del Ecuador, encontró que al evaluar 33 especies de ranas con larvas acuáticas en Ecuador, el 73% sufrieron una reducción de sus poblaciones.

Bustamante sostiene que una enfermedad denominada "quitridiomicosis" causada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis, y que provoca una alta mortalidad entre los anfibios, puede ser la causa principal de la reducción de poblaciones de la región. En la última década, el hongo quitridio se ha vuelto más frecuente en los Andes, por razones aún desconocidas. Algunos científicos creen que su propagación se ha acelerado de forma natural, mientras que otros piensan que el aumento de la temperatura superficial del planeta ha propiciado condiciones ideales para el crecimiento de este hongo y predicen que el cambio climático tendrá consecuencias fatales para la conservación de anfibios a escala global. La pérdida de hábitat es otra amenaza importante para la supervivencia de las poblaciones de anfibios, por lo que su reducción será fundamental en los esfuerzos para proteger especies como la ranita venenosa de altura.

thickskin_robber_frogQuebrada donde viven las ranitas venenosa de altura

Actualmente, los científicos están tratando de potencializar la probabilidad de supervivencia de las ranitas venenosa de altura a través de un programa de conservación ex situ, es decir fuera de su hábitat natural. Este programa lo realizan con el objetivo de facilitar la recuperación de las especies, mientras continúan los esfuerzos simultáneos de restauración de sus hábitats. Los dos individuos de la especie en mención, un macho y una hembra, encontrados recientemente por Arteaga, fueron llevados a la Universidad Católica de Quito para iniciar un programa de crianza en cautiverio, donde se reproduzca una población sana y protegida, y de la cual, posteriormente los individuos maduros puedan ser reintroducidos a su ambiente natural. Los científicos de la Universidad Católica también planean utilizar este programa para educar al público sobre la importancia de conservar los anfibios del Ecuador.

La disminución drástica de las poblaciones de la ranita venenosa de altura, hacen necesaria la implementación de estrategias de conservación como las propuestas por la Universidad Católica, donde se asegure la supervivencia a largo plazo de las especies en peligro crítico de extinción. Sin embargo, el establecimiento de una población sana en cautiverio debe ir acompañada de esfuerzos para proteger los ambientes naturales que aún quedan en la zona. El compromiso de la Fundación Cordillera Tropical para desarrollar estrategias de conservación basadas en aspectos científicos, y su vez, que sirvan de apoyo a comunidades locales en su gestión de la zona Sur del Parque Nacional Sangay, será esencial para garantizar la protección a largo plazo de los anfibios y otras especies en esta región. Aunque, más individuos son necesarios para lograr una población sana que favorezca su reintroducción, estas dos ranas ofrecen una luz de esperanza para una especie que está desapareciendo rápidamente.

© Fundación Cordillera Tropical. Derechos reservados.